En este período de la vida del niño se producen grandes cambios tanto en el aspecto físico como en su forma de comportarse, a continuación citamos algunos de ellos:
- El niño descubre sus genitales. Se divierte y obtiene placer jugando con ellos. No hay que reprimirlo, pero sí establecer unos límites adecuados procurando que los juegos permanezcan en el ámbito de su vida intima, sin que tenga que exponerlos a los demás.
- A partir de los 2 años empieza a controlar sus esfínteres. El niño al hacer caca o pipí cambia su cara y empieza a hacer señales. Es buen momento para quitarle el pañal y animarlo a que haga sus necesidades al modo de los adultos, con la ayuda de un orinal. No obstante, hasta los 4 o 5 años no hay que alarmarse si el niño moja las sábanas de vez en cuando.
- A esta edad empieza a sentirse atraído por sus semejantes, por otros niños de su edad, e incluso establece amistades muy particulares. A través de los juegos los niños descubren distintos papeles y funciones dentro de los mismos, y jugando descubren que existe lo bueno y lo malo, ganar y perder, tener algo y no tenerlo, etc. Es un buen momento para empezar a jugar con el triciclo, ya que además de favorecer su crecimiento y desarrollo, le permite una mayor sociabilidad y cierta independencia.
- Comienza a tener cierta madurez mental, por ello es buen momento para marcarle limitaciones a sus actos, en cuanto lugares y horarios de juego, en las relaciones con las demás personas, etc. Lo deseable es que las limitaciones se realicen mediante el diálogo y siempre respondiendo a sus dudas e inquietudes con una sonrisa y con toda naturalidad.
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